domingo, 23 de agosto de 2009

En la estación




Recuerdo aquel anden, las vias de hierro aferradas al suelo, el sonido del silbato en la estación, las maletas testigos de aquel viaje. Mi madre y mi padre habian decido irse a Alemania, nosotros nos quedamos con mi abuela, la cual era aficionada a la copla y no dejaba de sonar en mi cabeza, la canción del inmigrante, mientras sus ojos se cubrian de una tristeza especial . Las lágrimas brotarón de mis ojos , cuando aquella escena que presencie hacia que me separara de mis progenitores.
El traje gris de mi padre, alto y moreno, con ojos verdes, parecía un actor de cine.
En Madrid hacía frio , la nieve me cubrian los tobillos, mi madre lloraba desconoslada, mi hermana mayor la susurraba al oido :

Yo cuidare de la niña, iros tranquilos, pronto estaremos todos juntos.

Pero mi madre no dejaba de llorar, subierón los escalones de aquel tren dirección Barcelona, donde le esperaba un autobus que les llevaria a París y allí podrían enlazar con el metodo de transporte que les llevaria a Frankfurt.

Recibiamos cartas de mi madre, giros de dinero y mucha ropa y juguetes. El invierno pasaba lento, el tranvia por aquel Puente de Toledo, de aquel lugar tan castizo como es carabanchel, era un peligro. Muchas historias de mutilados llegaban a mis oidos.
Salía de casa para ir a mirar a mi tio Faustino trabajar, el era fontanero, pero hacia las tuberias de plomo, en aquella epoca no habia pvc , ni las vendian hechas.

El olor de la comida de mi abuela, hacia que se me abriera el apetito , aunque extrañaba a mis padres, el olor y el regazo de mi madre, la voz de mi padre. La manera de cocinar de una madre, a veces es unica. Porque a ti , te lo hace con amor.
Mientras mi hermana 9 años mayor que yo, disfrutaba de su adolescencia, siendo un pingo en el barrio. Aprovechaba la ausencia para salir, entrar, conocer, relacionarse y manejar a mi abuela con su cara de buena niña que luego se despendolaba una vez cruzaba la puerta.
Yo, cada vez que me sentía triste, me sentaba a escribir una carta a mis padres, diciendole todo lo que pasaba, si los tios se habian puesto malos, puesto que alguno andaba delicado de salud, si la abuela habia conseguido al final el piso para ellos , que pagaban poco a poco desde Alemania.

El invierno fue duro, pero termino y comenzo la primavera, bonita estación y la que me llevaría a Alemania, a esa casa maravillosa donde viviriamos, aquel jardin, con maravillosos vecinos y buenos colegios.
Pero eso lo contaré en el proximo capitulo.

Gracias a todos por estar aquí.

6 comentarios:

Obsidiana_Pura dijo...

Deseando leer la segunda parte q me he quedado con las ganas....
Un abrazo enorme lleno de estrellas y gracias por pasar y seguir mi blog, es un placer...
Gracias, no hubiera podido llegar a ti, si tu no me hubieras mostrado el camino....

Noelia dijo...

Que bonito, suspiros, o debería llamarte Lola? tu me dirás como prefieres.
Una historia muy conmovedora, los recuerdos nos van marcando toda una vida.
A mi la canción del emigrante cada vez que la escucho se me pone un nudo en la garganta, me viene a la mente esa época en la que tantísimos españoles tuvieron que buscarse la vida fuera de su pais. No he vivido esa experiencia, pero imagino que tuvo que ser duro para ti, hasta que pudiste reunirte con tus padres.
Espero la segunda parte.
En mi blog te dije que habia venido a verte, pues te vi en el blog de Diávolo, y cuando he vuelto a mi blog he visto que me habias comentado, y que me habias visto allí tambien.
Casualidades no crees?.
Me he hecho seguidora tuya.

Besitos.

aapayés dijo...

Me ha gustado tu blog.. te sigo para poder leerte con mas frecuencia,.
Te enlazo en mi blog de poemas para poder regresar..

Un abrazo siempre
Saludos fraternos.

Que tengas una hermosa semana

Suspiros de España dijo...

Gracias a todos vosotros por llegar hasta aquí y dejar vuestras letras, gracias por tomaros el tiempo para contestarme

Meiguiña dijo...

Me quedo, decididamente me quedo en tu rincon de suspiros y sabes porque, porque te entiendo y esa canción es única, los emigrantes saben porque lo digo.


Un bico meigo

Anónimo dijo...

Cuando uno esta fuera de su pais, la sangre del suelo patrio siempre nos llama.

Seguire leyendote
Un abrazo