domingo, 23 de agosto de 2009

Fernando



Los cambios en ese ultimo año habían sido considerables, primero dejar mi Sevilla natal para terminar en la capital en casa de mi abuela paterna, la cual también venia del sur de un pueblo de Huelva. Mi abuelo paterno era camionero y había fallecido en un accidente de trafico, tras quedarse dormido, transportando mercancía, su camión se salio por un precipicio, los 8 hermanos aún vivos de mi padre, se sentaban a hablar en la mesa de aquel cuarto de estar lleno de fotos y adornos absurdos, de los que luego mi abuela se quejaba, porque le tocaba limpiar el polvo.
Madrid era diferente a Sevilla en muchas cosas, mis amigos no estaban, mis patios donde perderme y soñar estaban lejanos , allí solo tenía la visión de las vías del tranvía y un puente que asomaba a un rió que nada tenia que ver con el Guadalquivir.
La torre del Oro la había cambiado por una enorme Puerta que veía de lejos y era también lo más lejos que me dejaban ir sola. Una cuesta para arriba y para abajo. A veces veía a los obreros en el tranvía bajar por aquel lugar, pensé que si se ese vehículo se salia de nuevo, como ocurrió años atrás y mi padre relataba, sería un desastre.
Mientras que los meses de ese invierno me alejaban de todo aquello que conocía, conocí a Fernando, era el vecino de la casa de arriba de mi familia, un niño corriente, de una familia normal, recuerdo aquellos pantalones cortos de cuadros, sus zapatos marrones roídos, los jerseis heredados de sus hermanos mayores que le sacaban una mano y su madre le doblaba los puños.
Mi madre y mi padre , escribían sus días en aquel lugar, hablaban de temperaturas muy bajas y de que tenían ya un colegio y el permiso le había confirmado la embajada que lo tendrían lo antes posible, eso me hacia feliz.
Sin embargo mi hermana Francisca, seguía escapándose con todo adolescente que se le cruzaba en el camino, su nuevo novio tenia una vespa, por un instante recordé cuando mi madre le decía que se quedaría embarazada y pude llegar a imaginar a mi abuela con un soponcio y mis padres volviendo de Alemania para hacer que se casara con aquel rubio chulito que tenia moto y era militar.
Cuando necesitaba huir de la casa de mi familia, buscaba a Fernando y nos íbamos al puente a mirar durante horas a la gente pasar, mirando al vació de un rió.

En este enlace podrás saber más sobre el accidente que se narra en este post


7 comentarios:

Ursus Polaris dijo...

Vaya, te he leído con acento del Sur.
Estupenda esta entrega biográfica. Escrita con una claridad, una frescura y una sinceridad para mí envidiables. Qué vida tan movida! Ya soy seguidor tuyo también, Suspiros.
Muchos besos desde tu segunda ciudad.

Obsidiana_Pura dijo...

Fascinante poder entrar en tu vida de esta manera tan bien documentada, me encanto el enlace del tranvía una curiosidad de Madrid q yo desconocia¡¡¡¡
Alucinante Suspiros

Edu dijo...

Sevilla es una capital de río, con puerto de mar y Madrid, una capital con puerto que empieza en Mercamadrid. Pero desgraciadamente cada vez existen menos diferencias culturales entre las ciudades.
Un Saludo

Noelia dijo...

Gracias por dejarnos entrar en tu vida de esta manera, mediante tus recuerdos.
Dramático el accidente del tranvia, la fotografía que hay en el enlace de la calle Toledo, esa la tengo yo en mi habitación, me atraen mucho las imagenes del Madrid antiguo.
Lo cuentas con tanta claridad que se vive.

Besitos.

Silencios dijo...

Este viaje por duro que parezca es el camino de la vida. Increíble la capacidad narrativa que tienes Señorita Lola. Y gracias por dejar que me siente al lado vuestro para ver pasar a la gente mirando al vacío de un río.

Un beso señorita Lola

Anónimo dijo...

Sigo aqui y esperare mas

Abrazos

ALBINO dijo...

Tu vida me interesa mucho y la cuentas con una gran naturalidad, como debe ser. No hay mucho paralelismo con la mía, pero a lo lago de los años, porque debes ser muy joven, puede llegar a haber coincidencias.
En mi ultimo post, que espero que leas, cuento una de mis aventuras periodisticas en Paris, la del mayo del 68, con la revuelta estudiantil, la toma de la Sorbonne y luego la del Teatro Odeon, todo en el Barrio Latino. Alli estaba yo observado, pero tambien gritando "La imaginación al poder"
Para ti todo esto, como mucho, es historia leida, pero si te puedo aportar algo, aprovechalo.
Un besito, mi niña Lola